lunes, 27 de septiembre de 2021

Sahagún (León): 21.SET.2021

 

            Sahagún es un municipio de la provincia de León; dista de la capital unos 50 km., que se hacen cómodamente en unos 40-45 minutos.

            Coincidiendo con la celebración de Lux, XXV edición de Las Edades del Hombre, que se desarrolla simultáneamente en tres localidades de Castilla y León: Burgos, Carrión de los Condes (Palencia) y Sahagún (León) [www.lasedades.es y www.lux2021.com], nos acercamos a esta última: hemos pasado cientos de veces antes por la N.120 y, de un tiempo a esta parte, por la A.231 y en todas las ocasiones sin detenernos. Hoy, con el pretexto de Lux, llegamos a Sahagún con la idea de "verlo todo", fotografiarlo casi todo, arrastrar los pies los sus calles y plazas, además de probar, cómo no, su Prieto Picudo y el exquisito y sabroso lechazo de los alrededores.

            Ya dio muestras Sahagún de su vitalidad en la época romana. El enclavamiento actual es consecuencia de la veneración de los restos de san Facundo y san Primitivo, ambos mártires cristianos que fueron decapitados y arrojados a las aguas del río Cea, del que fueron recuperados sus restos y su tumba convertida en santuario, el cual fue destruido en varias ocasiones por los musulmanes; tras restaurarlo varias veces, Alfonso III el Magno lo donó en el año 872 a monjes provenientes de Córdoba, que revitalizaron la vida monástica.

            Se consolidó en el s. XI con la llegada de la Orden del Cluny y la concesión del fuero de Villa por Alfonso VI de león, el 25 de noviembre de 1085, siendo uno de los más antiguos de España. Este hecho motivó un notable crecimiento del monasterio y de la villa, uno de los burgos más destacado de la Baja Edad Media hispana.

            Con el paso del tiempo la importancia del monasterio fue creciendo, llegando a extender su dominio sobre un centenar de monasterios, conventos e iglesias, desde el Cantábrico a la provincia de Segovia. Esto me recuerda el Monasterio de Iranzu, del que hablé hace un par de entradas; el esquema se repite: modesta iglesia, destruida, se reedifica, se impulsa, crece y se amplía su radio de acción rápida y extensamente. En Iranzu se trataba de los cistercienses, en Sahagún será Alfonso VI de León quien inicia el proceso y el Cluny quien lo potencia hasta su máximo esplendor.

            Hacia 1347 Sahagún consiguió su propia universidad, en la que se llegó a enseñar Teología, Derecho canónico y Artes liberales. En 1569 los benedictinos la trasladaron a Irache, cerca de Estella. Con el paso de los siglos decaen la villa y su monasterio; la desamortización de Mendizábal prácticamente acabó con la religiosidad de Sahagún.

            Ya en el siglo pasado, la villa fue la segunda localidad –después de Eibar– en proclamar la Segunda República el 14 de abril de 1931, por lo que el gobierno republicano le otorgó el título de "Muy Ejemplar Ciudad".
 
             Haré a continuación una breve descripción de cada monumento visitado; el santuario de la Virgen Peregrina y la iglesia de san Tirso alojan la exposición Las edades del hombre, que en esta ocasión tiene como protagonista a la Virgen María, cuya presencia y devoción se encuentran a cada paso por estas tierras, y el Año Santo Jacobeo y su impacto en el Camino de Santiago Francés.
 
 

            El Santuario de la Virgen Peregrina se sitúa en un altozano en el extremo sudoccidental del casco urbano de Sahagún, dominando el Cea. La construcción de la iglesia del convento franciscano se inició en 1260, utilizando como material fundamental el ladrillo y las formas del gótico mudéjar. Muestra planta de cruz latina, de nave única con cinco tramos, transepto destacado y cabecera con tramo recto presbiterial y ábside poligonal de siete paños, ambos en origen abovedados. La capilla se ilumina con doble piso de vanos dobles rasgados bajo arcos apuntados, con el tradicional juego ornamental del aparejo, como las arcuaciones ciegas, recuadros, espinas de pez y frisos en esquinilla. Tras ella se añadió el Camarín de la Virgen. Al Norte se abrieron posteriormente tres capillas. A mediados del siglo XV, al Sur de la cabecera y con acceso desde el brazo sur del transepto, se añadió otra espaciosa capilla, ornada con yeserías policromadas. Al Sur del conjunto se disponía el desaparecido claustro del XVIII. La portada se abre en el muro septentrional del tramo de los pies, mirando al caserío de la villa. Consta de arco túmido de triple rosca, y sobre ella el muro se decora, en dos niveles, con pareja de arcos angrelados túmidos y, arriba, tres lobulados de medio punto.

             A fines del siglo XVII el conjunto se hallaba en mal estado, acometiéndose una notable intervención desde los presupuestos estéticos del Barroco. La nave, en origen con cubierta de madera, recibió bóvedas tabicadas de ladrillo con lunetos, apoyadas en robustas pilastras, el crucero se cerró con cúpula ovalada sobre pechinas, y la cabecera bóveda de cañón rebajada en el presbiterio y de horno el ábside. En este momento se dispuso el coro alto sobre los dos tramos de los pies, unificados por una misma bóveda de arista. La instalación de los frailes menores en las inmediaciones del poderoso monasterio cluniacense fue origen de no pocas tensiones, pero reforzó la ya de por sí excepcional infraestructura jacobea de acogida de Sahagún, villa “pródiga en todo tipo de bienes”, a decir del Codex Calixtinus. El emplazamiento, extramuros de la villa, fue donado por el abad benedictino a instancias de Alfonso X. El 30 de mayo de 1260 se puso la primera piedra del edificio, bendecida y enviada por el papa Alejandro IV para que en su nombre la colocase el obispo de León, Martín. Y junto a ella, el primer ladrillo, pues tal es el material que domina en la arquitectura de la villa sahagunina. La fama de los frailes menores, acrecentada con su predicación en templos de dominio cluniacense –con el apoyo papal–, y las tensiones entre los benedictinos y los burgueses de Sahagún atraerían la simpatía hacia los

franciscanos, y no pocas donaciones. En la primera mitad del siglo XV, Diego Gómez de Sandoval, conde de Castro, emprende la construcción de la gran capilla situada al Sur de la cabecera, profusamente decorada con yeserías polícromas con friso de arquillos lobulados, mocárabes y escudos del fundador. El arco preparado para contener el sepulcro muestra en sus enjutas roleos y dos medallones con roleos vegetales, que unidos a los arcos ornado con celosías, los entrelazos, piñas, etc., dan un exótico aire morisco a la capilla. Desde ella se accede al camarín de la Virgen, construido en el siglo XVI. De las tres capillas abiertas en el muro norte de la nave, la más occidental estuvo dedicada a San Antonio de Padua, pasando en época moderna a patronato de los Calderón. El conjunto, acorde con el espíritu de la Orden, debió conseguir mantener una cierta austeridad. Tras una época de letargo, en 1683 el P. Francisco Salmerón revitaliza la casa franciscana al incorporar el Colegio Misionero creado tres años antes en el Monasterio de Santa María de la Hoz, junto al Duratón, cerca de Sepúlveda. Poco después, y con trazas de Felipe Berrojo y dirección de Felipe Vivanco, se acomete la reforma barroca del conjunto, adecentándose la iglesia y construyendo un nuevo claustro, de cuya panda Norte restan vestigios de los dos pisos, con galerías de arcos de medio punto, obra del siglo XVIII.

             Tras la Desamortización de 1836, el edificio entra en un proceso de ruina, desapareciendo la mayoría de dependencias conventuales y con riesgo evidente de colapso de la iglesia. La reciente e integral restauración ha conseguido hurtar al monumento de tal destino. El sobrenombre de “Santuario de la Peregrina” lo recibe en el siglo XVII, cuando incorpora la imagen de la Virgen así conocida, patrona de Sahagún, adquirida en 1687 y obra de la escultora sevillana Luisa Roldán, llamada “la Roldana”. Ante su cabecera discurre el llamado Camino de Madrid, itinerario jacobeo que aquí se encuentra con el Camino Francés y la variante de Villada para marchar juntos los 358 km que restan hasta Compostela.

            La entrada tiene un importe de 5 € y, como parece ser costumbre por estas tierras, está prohibido hacer fotografías en el interior de los monumentos.

              https://www.culturaydeporte.gob.es












            La iglesia de San Tirso se encuentra situada en la plaza del mismo nombre, junto al antiguo Real Monasterio de San Benito. Algunos documentos sitúan su construcción en la primera mitad del s. XII. Tiene planta basilical, conforme a los esquemas del románico, con tres ábsides semicirculares.

            En su exterior llama poderosamente la atención la enorme torre-campanario, de planta rectangular con tres cuerpos decrecientes en altura, se alza sobre el tramo presbiterial del ábside central, no sobre el crucero. En las ventanas de cada planta se ve cómo los arcos se apoyan en columnas de piedra. Llama también la atención que el ábside central está comenzado a construir en piedra de sillería para continuar con ladrillo, característica propia del mudéjar. El templo está considerado como una de las primeras y más representativas construcciones del arte románico-mudéjar leonés, que sirvió como prototipo para la construcción en el mismo Sahagún y en otras provincias.

            El estilo arquitectónico mudéjar o románico de ladrillo tiene su origen en la gran cantidad de edificios: catedrales, monasterios, iglesias; todos en piedra de sillería pusieron en un brete la economía de los pueblos, dada la carestía de dicho material; algunos edificios comenzados a construir en piedra se concluyeron utilizando ladrillo a imitación de los modelos moriscos.









             Ruinas del Real Monasterio de San Benito. El monasterio tuvo suma importancia durante la Edad media, llegando sus posesiones, como ya he señalado, del Cantábrico a Segovia, gracias al trabajo de los benedictinos cuando la regla de Cluny reintrodujo en la península Ibérica.

            La historia del monasterio comienza con Alfonso III el Magno, que adquiere una iglesia en la que se veneraban las reliquias de los mártires Facundo y Primitivo

y se la dona al abad Alfonso, que venía huyendo de las persecuciones a los cristianos que comenzaron en Córdoba.

            La época de mayor esplendor coincide con la figura de Alfonso VI, que tomó allí los hábitos antes de ser coronado como rey; fue enterrado en el monasterio junto con sus esposas.

            La decadencia se produce en el s.XV: la monarquía va disminuyendo las prebendas de los abades hasta eliminarlas en 1488. El terremoto de Lisboa de 1755 afecta gravemente a la estructura de la basílica y motiva profundas reformas.

            La desamortización de Mendizábal saca a subasta pública los distintos edificios, excepto la Torre del Reloj y el Arco de San Benito.

            Los interesados pueden obtener más detallada información en: https://es.wikipedia.org/wiki/Monasterio_Real_de_San_Benito_(Sahag%C3%BAn)

 

Arco de san Benito

            Por proximidad nos acercamos a Grajal de Campos, para conocer su castillo, cien veces visto al pasar cerca de él y nunca antes visitado.

            El castillo de Grajal de Campos es una potente edificación de planta cuadrada con robustos cubos circulares sobresaliendo en sus esquinas, el conjunto es de poca elevación y está diseñado para el uso de la artillería. La propia mota y los escombros sirvieron para terraplenar el interior de la fortaleza y conseguir la plataforma actual que ciñen sus muros, a la manera de lo que estaba previsto en Berlanga y que no llegó a terminarse.

             Posiblemente sea uno de los castillos más avanzados para su época. En el s. XV, la villa de Grajal pasa a manos de la familia de los Vega. Un descendiente de estos, Hernando, comienza a levantar el actual castillo a principios del s. XVI sobre los restos de otro anterior, que fue concluido por su hijo Juan de Vega y Acuña, conde de Grajal.

            Anotaré como curiosidad que tras rodearlo, no fuimos capaces de hallar nada parecido a una puerta…





No hay comentarios:

Publicar un comentario