Ayer por la mañana me acerqué al santuario de San Miguel de Aralar (Huarte-Araquil, Navarra); lógicamente el mayor interés estaba en el tramo entre Baraibar y Guardetxe (llegué por la A-15, saliendo en Lekumberri): la carretera, que atraviesa una esquina del Parque de Aralar y, sobre todo, los colores con los que se adorna en otoño. Disfruté como un perro con pulgas e hice muchas fotos. Pondré aquí unas pocas. También eché una ojeada al santuario, muy pulcro y cuidado: románico químicamente puro, como podréis comprobar con sus arcos de medio punto, bóvedas de cañón, etc., y el característico ajedrezado jaqués.
A destacar la estupenda helada en los alrededores de Albi y el gorro de lana que olvidé en casa y que eché mucho de menos…: ¡solo 2 graditos por encima de cero a las 10 de la mañana!
La Sakana, al fondo Pirineos |
Baraibar (arriba) y alrededores (Malloas) |
San Miguel de Aralar |
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