Un
año más, la cuadrilla se toma una semana de vacaciones en el Pirineo oscense,
con base en Castiello de Jaca y, en general, la provincia de Huesca como área
de recreo.
Este
año concretamente ha habido de todo un poco: escalada, descenso de cañones,
ferratas, paseos de montaña..., cada uno dentro de sus posibilidades ha buscado
en el grupo la mejor forma de divertirse y de poner un poco a prueba sus
facultades, tanto físicas como mentales.Trataré
de resumir nuestras actividades en imágenes, más que en texto.
Y
comenzaré diciendo que de los dos descensos de cañones -sábado y domingo- no
hay imágenes: nos falta una cámara un poco robusta, pequeña y resistente al
agua; de modo que Los oscuros de Balcés
y el Barranco de Formiga se quedan
sin documentar gráficamente, lo cual no deja de ser una verdadera lástima.
Veremos de enmendarnos el próximo año.
El
lunes día 1 le tocó a la Arista Mogli,
en Panticosa. Se trata de una vía abierta por el grupo Sendero Límite, en el
camino de la Casa de Piedra hacia los ibones de Bachimala. Un espolón de buen
granito, 200 m. de desnivel y dificultad AD+, con buen equipamiento. Viendo el
entorno uno nota que las palabras están de más... [http://senderolimite.blogspot.com.es/2014/07/arista-mogli-200-metros-add-balneario.html]
El
martes 2 más escalada, en Agüero; aquí el equipo se divide: tres escalan la vía
En tierra de naide en los mallos de
Agüero (cinco largos, V+, bien equipada) y dos trotan entre pinos, aunque solo
sea para mantener el tono. La visión en la distancia de los mallos es
impresionante, quizá no tanto como los de Riglos, pero la imagen es muy fuerte.
Agüero
es un pequeño pueblecito a 45 km. de Huesca; tiene 168 habitantes y se
encuentra en una loma que desciende de los mallos, entre los 720 y los 696 m.
de altitud. Prácticamente todas las calles están en cuesta. En el centro del
pueblo está la iglesia de san Salvador, de origen románico y, a unos 700 m. del
pueblo está la iglesia de Santiago, de clara influencia bizantina.
De
regreso, sin parar en la sinuosa carretera hacia Puente la Reina, los mallos de
Riglos llaman muy poderosamente nuestra atención.
Riglos |
Riglos |
Riglos |
El
miércoles día tres toca ferrata: la Foradada del Toscar.
Creo
que lo más complicado de esta vía es llegar de una pieza a ella, particularmente
desde Fiscal por la N.260, a la orilla del río Ara, hasta cerca de Boltaña;
particularmente si te encuentras de frente, en curva, con un camión “que se la
conoce”.
Tras
veinte minutos de repecho digamos ‘cómodo’, llegamos a la ferrata. Está perfectamente
bien equipada y se divide en tres tramos bien marcados: el primero es el más
duro y monótono, por lo vertical de la pared, se trata simplemente de ganar
altura y los brazos acusan el trabajo; luego los pequeños descensos, las
travesías y los puentes, hacen mucho más divertido el ascenso de los dos
siguientes tramos. La bajada es por un camino descompuesto de tierra y piedra
suelta; unas viejas cuerdas ayudan, ¡y vaya si ayudan!, a descolgarse hasta
llegar de nuevo a la base de la vía.
El
día cuatro vuelve a dividirse el equipo: dos escalan (vía Valle de Canfranc: V+, 15 largos y 470 metros que discurre por la
cara sur del Tobazo) [http://senderolimite.blogspot.com.es/2014/06/via-valle-de-canfranc-tobazo-cara-sur.html]
y tres deciden echar una ojeada a las pistas de Candanchú (¡horrible!) en esta
época del año, llegándonos hasta Tortiellas: el camino es lo que vale la pena y
el paisaje desde él.
Partimos
todos de Rioseta; al cabo de 20 o 25 minutos el equipo de escalada se desvía a
la derecha, a la base de la pared. El resto seguimos un empinado y zigzagueante
GR con el que ganamos altura hasta las campas ahora herbosas de Tortiellas.
La
bajada es a la estación y es pedregosa y desagradable (con esquís: una
delicia); tomamos un sendero por la derecha de la N.330 y en cuatro patadas
estamos en Rioseta; pronto vemos nuestros amigos descender. ¡Nos hemos vuelto a
merecer las cervezas!
El
viernes toca limpieza, recogida, carretera y “comida de hermandad” en Zizurkil.
¡Ah, se me olvidaba!: ni un rasguño; solo tres potentes catarros veraniegos, algunos con fiebre, algunos achacados a virus, de los que aun tratamos de librarnos casi a mediados...
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