La
iglesia se comenzó a construir en el s. XII, en un estilo románico tardío y sus
obras terminaron en el s. XVIII, en estilo barroco.
La
portada es plateresca, es un arco de medio punto flanqueado por columnas
corintias sobre cuyos capiteles corre un friso con representación de figuras
simbólicas y escenas historiadas. Delante de la portada se ubica un solemne
pórtico de sillería, del s. XIX, que destaca por su clasicismo y severidad. Está
formado por una galería de siete arcos de medio punto entre pilares cruciformes,
cuyos frentes aparecen recorridos por pilastras toscanas pareadas en los dos
pilares que ciñen el arco central.
Al
tramo de los pies se encuentra la torre, una de las más famosas del
Renacimiento navarro. Fue construida en la segunda mitad del s. XVI. Consta de
cuatro cuerpos decrecientes de sillería, cúbicos excepto el cuarto que es
poligonal. En el último cuerpo se adosan estilizadas columnas a sus aristas y
en sus frentes se suceden medios puntos y óculos, ambos con tracería gótica
diversa de cuadrilóbulos y espirales. Se culmina la torre con una linterna
circular recorrida por pilastras acanaladas. Muchos la han llamado “La Torre de
Navarra” por su belleza y originalidad.
Desafortunadamente,
en domingo, a las 10,30 de la mañana no pudimos acceder al interior: cerrada a
cal y canto.
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