La
vimos desde un mirador junto a la iglesia de Sansol; vimos su ábside y a punto
estuvimos de echar pendiente abajo para llegar cuanto antes...
Se
trata de una preciosa y singular iglesia románica, edificada en torno a 1170,
de planta octogonal, rematada por una cúpula y una linterna también de ocho
lados. El maestro que la diseñó y los escultores que la decoraron eran mudéjares
al servicio de clientes cristianos.
Esta
singular construcción se encuentra en el casco urbano de Torres del Río llama
la atención por la armonía entre sus medidas básicas y sus elementos de alzado;
es un raro ejemplo del arte medieval pues, frente a la horizontalidad y pesadez
del románico, en este pequeño templo todo conduce a la verticalidad...
La
cúpula del cuerpo central es el elemento de mayor singularidad. De las ménsulas
parten ocho arcos que se entremezclan formando una estrella y dejando un
octógono libre en el medio con un círculo de ajedrezados jacetanos inscrito en
él. El sistema de iluminación de la cúpula se consigue por medio de pequeñas
ventanas colocadas en los anaqueles que se cierran con celosías de piedra talladas
de tradición languedociana con inspiración islámica, que tienen estructuras a
modo de torrecillas como remate.
Preside
un crucifijo con corona real y cuatro clavos; teniendo en cuenta su realismo se
fecha a principios de s. XIII. Mide 98 centímetros y es una talla de gran
calidad.
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