Por
romper un poco la posible monotonía del románico navarro, y aunque ello suponga alterar
la ya de por sí alterada cronología del blog, echaremos una ojeada al
gótico leonés con dos edificios singularmente representativos: las catedrales
de Astorga y de León. El orden nada tiene que ver con su categoría que, por
otra parte, está fuera de toda duda.
La
catedral de Astorga posee el título de “Apostólica” debido a la cercanía de su
fundación a la predicación de los apóstoles. En una carta sinodal de san
Cipriano, obispo de Cartago, aparece ya plenamente organizada en el s. III, por
lo cual se le supone un origen anterior.
La
catedral actual -gótica- se inició en 1471 como ampliación a la anterior -románica-
(s. XI-XIII) por su cabecera, y se fue alzando con influencias del gótico
alemán de Colonia sobre la misma planta de la románica desde el s. XV-XVIII. En
1553, el maestro Rodrigo Gil de Hontañón la amplió con dos capillas laterales,
a modo de crucero y construyó la portada renacentista.
Incorpora
en armoniosa síntesis los lenguajes del gótico florido español y del
renacimiento, del barroco y el neoclasicismo, reflejando siglos de historia y
vida, de cultura y arte.
No
dejéis de visitarla si os acercáis a las tierras maragatas y, aunque sea
pagando, entrad: vale la pena; si os queda algo de dinero, aprovechadlo en probar
en el mismo Astorga o en algún pueblo de los alrededores (v.g. Castrillo de los
Polvazares) el cocido maragato; os aseguro que no quedaréis decepcionados. La
catedral visitadla en cualquier época del año, el cocido mejor en invierno...,
de verdad.
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