Problemas serios con el ordenador -al extremo de tener que cambiarlo por uno nuevo- han originado el retraso en mostrar fotos de esta bonita mañana en la que hemos matado tres pájaros de un tiro en el Goierri: hemos estado en Segura, paseando por sus calles, luego en Zerain, contemplan los hornos de fundición en el Conjunto Monumental: la Montaña del Hierro y hemos terminado en el Conjunto Monumental de Igartza, en Beasain: asombrosa reconstrucción de un antigua ferrería y su entorno. Vayamos pues, por partes.
ZERAIN: la Montaña del lHierro
Estamos en el Parque Natural de Aizkorri-Aránzazu, un lugar donde el hierro ha sido explotado durante siglos.
Zerain está en el Goierri y conforma una comunidad tradicionalmente dedicada a la agricultura y la ganadería. No obstante, también han explotado otras materias primas, tales como el carbón, el hierro, la piedra o la madera, entre otras.
La historia de las minas de Aizpea, en Zerain, abarca desde el s.XI hasta 1951. En los primeros tiempos quemaban la tierra para convertir el carbonato de hierro en óxido de hierro. El hierro era extraído y posteriormente enviado a las ferrerías del Alto Deba y del Alto Urola.
Durante las guerras carlistas las minas pasaron a manos del ejército y de ellas se extrajo sulfuro de plomo que se utilizó en la fabricación de munición para la guerra.
A partir de mediados del s.XIX la explotación de hierro fue adquiriendo más y más fuerza: el metal obtenido era llevado a las fundiciones de Beasain y Salvatierra.
En 1856 la explotación de las minas pasa a manos de empresas inglesas (los ingleses construyen los hornos que visitamos, un pequeño ferrocarril de vapor y un cable aéreo para transportar el mineral). Ya en el s.XX, en los años 30, se incorpora a la explotación capital alemán: las empresas alemanas continuarían hasta finales de la II Guerra Mundial. Posteriormente es la empresa legazpiarra Patricio Echevarría la que se hace cargo.
El mineral de Zerain y de los pueblos vecinos resultó sobrevalorado como materia prima. Los hornos se cerraron definitivamente en 1951 y la actividad fue disminuyendo lentamente hasta 1962.
Desde el punto de vista social, las minas fueron fuente importante de ingresos: el trabajo del caserío cambió drásticamente: los zeraindarras se dedicaron a los oficios propios de la minería, complementando así sus ingresos; el hombre trabajaba en la mina, mientras la mujer se ocupaba del caserío. Fue también importante la cantidad de gente que llegaba de otras provincias para trabajar en las minas.
Zerain, desde Segura |
Txindoki, desde Zerain |
SEGURA
Segura es una localidad situada en el centro de la comarca del Goierri, junto al río Oria, en el interior de la provincia de Gipuzkoa; el municipio tiene una superficie de 9,22 km2 y está rodeada por los montes Aizkorri y Txindoki.
En otro tiempo formó parte de las principales rutas comerciales entre Castilla y la costa cantábrica, de hecho, en la Edad Media era una de las ciudades más importantes de la provincia.
Su casco histórico conserva numerosas casas y palacios y un entresijo de cuidadas calles de origen medieval, lo que da una idea de la grandeza de su pasado.
La iglesia de Ntra. Sra. de la Asunción, de estilo gótico-vasco, estaba herméticamente cerrada, lo cual nos impidió ver su célebre retablo barroco-rococó, monumento histórico-artístico. Otro tanto ocurrió con el convento de la Purísima Concepción.
Segura es una de las pocas localidades gipuzkoanas donde se celebran procesiones en Semana Santa.
CONJUNTO MONUMENTAL IGARTZA
A finales del s.XIV y principios del XV, Gipuzkoa se encuentra en fase de cambio: se está creando la que será futura provincia. El origen se fundamenta en la aparición de las villas: núcleos de población que cuentan con terrenos y estatutos -fueros- propios. Las villas se van materializando y ocupando los fondos de las cuencas fluviales y van extendiendo su jurisdicción sobre los territorios, de los que se apropiarán, defendiéndolos y delimitándolos.
Previamente, a lo largo del s.XIII, las sociedades que habitan la zona van llevando a cabo una serie de transformaciones, tanto sociales como económicas en su espacio, consiguiendo una profunda modificación en el territorio. De una comunidad básicamente pastoril y escasamente territorializada, se va pasando a estructuras sedentarias, socialmente basadas en el parentesco y con alto sentido territorial.
La situación de Igartza en este nuevo entramado social es clave: se trata de un punto crucial, allí confluyen y se integran varios caminos que comunican la corona castellana con la francesa, uno a través de San Adrián y otro a través de Leintz, conformándose como un único recorrido por la cuenca del Oria y la del Urola. Igartza se convierte en un auténtico nodo de comunicaciones. Su situación es definitiva para la defensa de los ataques contra la villa y su prestigio y la seguridad que otorga aumenta: el lugar es estratégico.
Juan López de Lazcano encargó a su hijo, Garci López la misión de poblar y fortalecer Igartza, en un principio custodiando la torre originaria; el término poblar significa conseguir que los habitantes se identifiquen con la nueva estructura social, que se sienten integrados con un linaje, con un señor, atrayendo personas y recursos mediante pactos y alianzas.
En el s.XV las propiedades que componen el enclave de Igartza son: el palacio, un molino, las ferrerías de Igartza y Errementari, las casas de Usategi, Zapatari y Errementari, en el enclave de Igartza; además una venta y un molino en Aránzazu, un hospital y varios caseríos. La figura del “cabeza de familia”, al paso del tiempo, iba evolucionando a otras formas sociales: la integración en el ámbito de Gipuzkoa como unión de villas, como provincia.
A finales de la década de los 90 del siglo pasado, el entorno de Igartza se hallaba prácticamente en ruinas. La Sociedad de Ciencias Aránzazu, el Gobierno Vasco, la Diputación de Guipúzcoa y el Ayuntamiento de Beasain elaboran y llevan a cabo planes para la investigación y restauración de Igartza.
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