La mañana del pasado día 5 mi nieto Unai y yo nos fuimos de safari fotográfico: nos llegamos a Lekumberri (Navarra) y subimos hasta el santuario de San Miguel de Aralar (1.270 m.), pero desde Baraibar hasta Guardetxe hicimos sucesivas paradas para darle gusto al disparador. La temperatura era de unos 8º C pero no hacía viento, de modo que se estaba realmente bien entre hayas y con una bonita alfombra de hojas en el suelo.
Aprovechando que llevaba dos máquinas, le pasé una a Unai y, tras una breve explicación de manejo y unas reglas elementales de encuadre, nos pusimos a lo nuestro. Realmente el muchacho no lo tenía fácil: el Sol que aun no sube ni a mediodía, un objetivo 10-20 mm. que lo cubre todo y kilo y medio de máquina, en mi opinión, son un hándicap más que otra cosa… para quien se estrena con una réflex digital.
Disfrutamos de lo lindo: disparamos mucho, fallamos alguna que otra…, probamos la chistorra del bar del santuario y las croquetas de hongo del Ainhoa en Lekumberri.
Se ve que le cogió gusto a la cosa y disfrutó, porque al día siguiente continuó haciendo fotos en Pasajes de San Juan con otra réflex más ligera y otra óptica.
No se le da nada mal…, por lo cual he decidido que comparta de vez en cuando alguna entrada en el blog, así veremos cómo progresa en la afición. Aquí pongo una pequeña muestra.
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