lunes, 9 de agosto de 2021

Monasterio de Santa María la Real de Iranzu (Abárzuza, Navarra): 06.AGO.2021

 

En una entrada antigua (https://jrcfcmc.blogspot.com/search/label/Irantzu) hace ya diez años, ponía ocho fotos del Monasterio de Nuestra Señora de Iranzu (o Irantzu). Tras un vistazo comparativo de estas y las del sábado pasado, parecen las primeras tristes, grisáceas…: les falta el precioso contraste de colores: azul y blanco del cielo, verde del entorno, luz y alegría que el lugar derrocha, de modo que voy a poner otro puñado de fotos digamos más… favorecedoras del lugar.

Vayamos al principio: en los primeros años del s.XI existía en el valle de Irantzu una pequeña comunidad de monjes benedictinos, cuyo monasterio se creó en torno a una iglesia dedicada a San Adrián y que les fue donada por el obispado de Pamplona, a quien pertenecía. En palabras de la amable señora que se ocupa de la tienda del monasterio y de las entrada (2,5 € para veteranos) en 1176 el obispo de Pamplona, Pedro de París, le dio el soplo a su hermano Nicolás, monje cisterciense en Francia, acerca del lugar, próximo a Abárzuza, para que fundase y dirigiese allí un monasterio; los terrenos alrededor eran propiedad del obispo, que se los regaló a su hermano. Enseguida los cistercienses se hicieron cargo de la abadía. A partir de Abárzuza, Irantzu logró reunir tierras, pastos, iglesias, pueblos, etc., en toda Navarra y en toda España.

La epidemia de peste negra y las guerras del s.XV llevaron al monasterio a perder su patrimonio y entrar en un lento declive. La Desamortización de Mendizábal en 1835 permitió a los monjes permanecer en el lugar hasta 1839, pero tras el Convenio de Vergara se vieron obligados a abandonar el monasterio, que pasó a ser propiedad del Estado. Permaneció abandonado algo más de cien años, hasta 1942: la Fundación Príncipe de Viana comienza entonces una intensa y costosa reconstrucción del monasterio, junto con la Diputación Foral de Navarra. A partir de 1945 se estableció allí la Orden de los Clérigos Regulares (teatinos), que hasta la actualidad continúan en el lugar. El monasterio fue declarado BIC el 3 de junio de 1931.

Anotaré como curiosidad que el lenguaje de gestos que utilizaban los monjes para comunicarse (hacían voto de silencio) fue el origen del actual lenguaje para sordomudos.

Si pasáis por las cercanías de Estella, acercaos a Abárzuza –a solo 4 km.– y a Irantzu, y recorred despacio el monasterio: el claustro, la iglesia, la sala capitular, la cocina, etc., todo ello perfectamente conservado; pisad la cuidada hierba de fuera del claustro y haced unas cuantas fotos: vale la pena y no lleva demasiado tiempo.


 

























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