La
previsión era de nieblas que se irían disipando a lo largo de la mañana para
dejar lugar a cielo azul y soleado, de modo que allá me fui, cargado con la ‘artillería
pesada’ a cargar la tarjeta de la máquina de buitres.
La
práctica sobre el terreno era la clásica boina de nubes densas sobre Peña de Aia que persistía más allá de las 12 del mediodía), una humedad
relativa absoluta (toma incongruencia!, quiero decir que se respiraba agua) y
una niebla que, siendo sincero, calificaría yo de fotogénica como mínimo; luego
veremos.
Como
viene siendo habitual, los pajaritos pasaron ampliamente de mí y al cabo de un
buen rato pues me dediqué a lo que había: paisaje.
Esto
es lo que me traje para casa:
Aquí, ya de vuelta, eran las 12 y la "bruma" persistía... |
Igeldo a la izquierda y St. Jean de Luz a la derecha, desde la primera. 11.30 h. |
No hay comentarios:
Publicar un comentario