El
verano pasado vimos el nacimiento del Nervión desde el balcón al que se llega muy
cómodamente desde lo alto del Puerto de Orduña: http://jrcfcmc.blogspot.com.es/2013/07/nacimiento-del-nervion-orduna-bizkaia.html
Allí
nos hacíamos la promesa de volver, entrando por el valle y llegando a la base
de la cascada.
Pues
ayer pusimos manos a la obra: desde Delika (360 m.), bordeando y vadeando
varias veces el río, fuimos ascendiendo cómodamente con intención de
fotografiar la impresionante caída de agua desde 270 m. de altitud.
Pues
bien: ‘su eminencia’ no tuvo el gusto de recibirnos. El día de ayer fue escogido
porque hace nada, como quien dice, que ha dejado de llover -de llover mucho y muy seguido- y yo pensaba que el “depósito”
que abastece la cascada aun tendría líquido suficiente. ¡Craso error: no parece
haber “depósito” alguno! Conforme nos acercamos al circo, el agua surge por doquier, rezuma entre la roca...,
pero el gran espectáculo no tenía función ayer.
De
modo que cuando el cauce comenzó a ponerse fiero, húmedo y resbaladizo
decidimos dar la vuelta (474 m.) pensando en la dificultad de la bajada más que
la de la subida.
Y
tras un frugal picoteo en el bar del aparcamiento volvimos a casa. En el
maletero, además de las mochilas, trajimos también algo de decepción.
He
de decir también que el lugar es precioso -como creo que puede adivinarse con
las fotos-: la vegetación está exuberante, el río acompaña, no estorba, se
vadea sin dificultad. El paseo valió la pena pese a todo.
Quizá
tengamos que esperar al invierno, a una buena nevada que regule mejor el agua
en las alturas..., porque volver durante
el chaparrón no parece la mejor opción.
En
fin, se estudiará el asunto.
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