Esto es muy simple: coger la cámara y hacer un par de promenades por Donosti, una por la mañana y otra por la tarde. Al ponerse el sol la temperatura bajó sensiblemente y hubo que soplar las manos alguna que otra vez. He aquí el resultado...:
Realmente la mañana prometía: desde el final del paseo de Arbola, formidable mirador. (Fui en moto, no nos engañemos). |
El agua fresca, limpia y lo suficientemente movida para 'pillar' olas... |
Pero la cosa iba poniéndose interesante y por la tarde, una vez que se puso el sol... |
Se fueron encendiendo y cogiendo 'presión' las farolas... |
Los edificios también se fueron iluminando... |
Creo que coincidió justo el final de la bajamar, apenas diez minutos de quietud en el mar... |
Adarra parecía más alto y más cercano... |
Fin de la tregua mareal... |
Y el cielo empeñado en resaltar los colores. |
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