El
pasado domingo 29 nos dimos el gustazo de presenciar el desfile -desde San
Marcos por la avenida de San Marcos, plaza de Santo Domingo, Calle Ancha, Mariano
D. Berrueta y plaza Mayor- de más de trescientos pendones correspondientes a
los diversos pueblos de León. Una fiesta emocionante, llena de colorido, alegría
y música autóctona.
Un
pendón es una bandera o estandarte usado en la antigüedad como insignia o
distintivo militar. En la Edad Media no existían ejércitos organizados ni mucho
menos uniformados; cada rey, noble o eclesiástico formaba sus propias mesnadas
-que hoy denominaríamos tropas mercenarias-. Las alianzas entre los nobles
cambiaban a menudo y no siempre era fácil distinguir al aliado del enemigo. Las
banderas de diversos colores y los escudos heráldicos distinguían a unos de
otros.
Terminadas
las cruzadas, desaparecieron las connotaciones militares y los pendones se
convirtieron en símbolos civiles; a algunos de ellos se les añadió una cruz en
su extremo superior, pasando a ser instrumentos de significado religioso.
Los
pendones leoneses tienen forma rectangular con dos puntas y un corte central. Suelen
ser de seda o lana fuertes; su longitud varía de los cinco a los quince metros.
Su color original, allá por el s. XVII era rojo carmesí; más tarde se mezcla
con el verde, el morado, azul o blanco, e incluso estos últimos entre sí.
Pero
esto solo constituía la mitad del festejo; san Froilán está cerca y en la siguiente
entrada (en realidad la anterior) hablaremos de los carros...
No hay comentarios:
Publicar un comentario