Cuando
los Reyes Católicos expulsaron a los judíos de España, los de Extremadura y
Aragón recalaron en Castelo de Vide, donde se creó un gueto en la parte más
escarpada e insalubre del pueblo, al pie del Fuerte de San Roque; numerosos
portales y ventanas ojivales, en general bastante cuidados, nos recuerdan
aquella época, mientras ascendemos por las empedradas calles hacia el castillo.
De
nuevo vienen a nuestra memoria los pueblos blancos de Andalucía: desde la torre
del castillo vemos un laberinto de pequeñas y brillantes casas blancas.
Preside
la plaza principal una estatua de Pedro V, el rey que modernizó el Estado
portugués (carreteras, telégrafo, vías férreas, sanidad...); desgraciadamente
murió de cólera en 1861, a los 24 años. Alrededor de su estatua, desperdigadas
por la plaza, hay una serie de estatuas de músicas, modernistas, que llaman
poderosamente la atención. Me pareció que el fondo les restaba interés y se lo
he cambiado.
bonito pueblo portugués, si gran desconocida es Extremadura, más lo es su tierra vecina... y el parecido con Andalucía, apropiado y oportuno, sí señor.
ResponderEliminarA mí me recordó los pueblecitos "colgados" en la montaña, en Almería: blanco y rojo contra e fondo verde; muy efectivo visualmente. A veces conocemos mejor el "África lejana" que lo que tenemos al lado de casa; con la excusa de que está a mano... terminamos por no ir.
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