La Gomera merece -y precisa- un espacio aparte, porque es un espacio aparte, un lugar aparte, un mundo aparte; la sensación es que el tiempo se ha detenido, o que la velocidad es otra; no es una sensación única, es una mezcolanza para mi difícil de describir...
Seguramente aquí se hace bueno aquello de que media docena de imagenes valen más que seis discursos; en cualquier caso, si tuviese que resumir La Gomera en una pocas palabras, serían: maravillosa, decadente, luminosa, abrupta.
Aquí se agranda la diferencia entre lo que el ojo humano ve (y disfruta, y memoriza) y lo que 'memoriza' y reproduce la película o el sensor de cualquier cámara fotográfica, me temo que por grande que sea.
|
El bosque de laurisilva propio del P. N. de Garajonay |
|
En el límite del parque, el Roque Agando (1075 m.). |
|
Aquí se separan muy drástica y visiblemente la zona húmeda del Parque de la seca y árida del norte de la isla. |
|
Panorámica de San Sebastián de la Gomera: ¿qué poco parecido, verdad? |
|
Pero no deja de tener su encanto, que tiene mucho que ver con su colorido. |
|
A treinta y pocos kilómetros Tenerife |
No hay comentarios:
Publicar un comentario