martes, 27 de noviembre de 2018

Cáceres: 30.OCT-05.NOV .2018 parte IV y última


Trujillo
Su localización privilegiada y su estratégica situación sobre un enorme batolito granítico da una idea de la importancia que ya en la prehistoria y en la época prerromana se produjesen importantes asentamientos humanos que "atrajeron" a los romanos hasta la denominada Turgalium para establecerse en ella. Más tarde llegan los árabes que hacen florecer y ampliar su importancia militar y comercial a la denominada Torgiela, en torno a la alcazaba, edificada en la parte más alta de la ciudad. Reconquistada en 1232, las familias nobles -los Altamirano, Bejarano, Chaves, Orellana o Pizarro- pueblan la ciudad; Juan II le otorga dicho título. Al descubrimiento de América y más concretamente a trujillanos descubridores como Francisco Pizarro, Diego García de Paredes, Alfonso de Monroy, Francisco de Orellana o Hernando de Alarcón, debe Trujillo el gran impulso arquitectónico de una de las ciudades más bellas de Extremadura y también de las más visitadas.
Pese a no querer recibirnos con sus mejores galas, creo que algo de provecho sacamos, paseando por la ciudad paraguas y cámara en ristre.



 




















Hervás
Ya de regreso entramos a Hervás a conocer su famoso barrio de la judería.
Hervás está situada en la falda de la sierra de Bejar, en el valle de Ambroz y perteneció a la localidad salmantina del mismo nombre hasta 1816; en este año se le concedió el título de villa, pasando a formar parte de la provincia de Cáceres en 1833.
Fueron los monjes templarios quienes crearon los asentamientos que edificaron bajo la protección de mártires san Gervasio y san Protasio (de ahí el nombre del pueblo, según algunos). En internet hay abundante información acerca de Hervás y de su historia (p. ej.: https://es.wikipedia.org/wiki/Herv%C3%A1s).

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Y hasta aquí nuestro viaje.
Cáceres, y creo que puedo ampliar mi opinión al resto de Extremadura, nos ha obsequiado con su mejor capital: las personas; nos han tratado de maravilla: atentos, serviciales, amables, cordiales, con un genial sentido del humor; a veces ha bastado un gesto en nuestra cara para que espontáneamente la gente, tanto de la capital como de cualquier pueblo de los visitados, se dirigiese a nosotros para ayudarnos: orientando, informando, aconsejando... ¡genial! También nos ha llamado la atención la cantidad de gente que tiene familia o ha vivido y trabajado en Euskadi, porque siempre se han interesado por nuestro origen (no solo en las oficinas de Turismo) y los buenos recuerdos que muchos de ellos guardan de esta tierra, lo cual es muy de agradecer. ¡Inmejorable sabor de boca!

2 comentarios:

  1. Gracias por todas esas fotografías y por acercarme un "poquino" a mi otra casa. Un saludo, Jesús

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  2. No se merecen, para mí (nosotros) ha sido un placer que encantados repetiríamos.
    Un abrazo Sebas.

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