Fue
construida en 1081. Es la primera muestra del románico en Soria y de las
primeras en la península; es también la más antigua de cuantas hemos visitado
hasta ahora.
Está
conformada por una nave con cubierta de madera, cabecera semicircular y galería
porticada, elemento este que define el románico rural soriano. Sus principales
características son la rudeza técnica y un repertorio temático preferentemente
animalista y de inspiración oriental, faltando casi por completo los asuntos de
tipo religioso. Todo ello, propio del románico ribereño, parece deberse a una
profunda herencia islámica.
Las
siete arcadas de arcos de medio punto de la galería porticada representarían
las siete primeras iglesias del cristianismo: Esmirna, Filadelfia, Sardis, Laodiea, Éfeso, Pérgamo y Tiatira. Además, el
siete también es el número de la perfección en la antigüedad.
El
interior -que no pudimos visitar- es muy sencillo y se ilumina por dos ventanas
abiertas sobre el pórtico y otra aspillera sobre el coro. Estas ventanas
aparecen, en el exterior, cobijadas por dos grandes arquivoltas.
Es
muy posible que la puerta de la iglesia no sea la original, no obstante tiene
un aspecto antiguo y noble... lo suficiente como para que algún iluminado clave sobre
ella con tres buenas chinchetas el pasquín de turno; ¡total, como es vieja...!
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