Iglesia
románica, de una sola nave, con espadaña a los pies y ábside semicircular que
tiene una ventana con arquivolta sobre columnillas; edificada en el s. XI.
Estamos
ante una preciosa y bien conservada muestra de arquitectura tradicional basada
en piedra, adobe y madera vistos.
La
portada posee cuatro arquivoltas decoradas con ajedrezado, bolas, entrelazos y
flores. Conserva dos capiteles, uno con animales afrontados y el otro con una
escena en la que un lobo muerde la pierna de un hombre desnudo, símbolo del
pecado, mientras que otro con faldellín le sujeta, representando al demonio.
En
el pórtico se abre siete arcos, rematados con puntas de diamante que apoyan
sobre columnas de fustes dobles o cuádruples, con capiteles vegetales. Al Este
otro arco sirve de acceso.
En
el presbiterio existen pinturas murales góticas, del siglo XIV, donde se
representan escenas religiosas: los doce apóstoles, la coronación de San
Martín, un ángel con un escudo, un santo a caballo, el sueño de Adán y San
Cristóbal.
Se nos escapó la de san Ginés...
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