Está
situado al oeste de Soria, lindando con Burgos, ocupando tres cuartas y una
tercera parte respectivamente de dichas provincias. Se trata de un espectacular cañón originado por
la erosión del río Lobos, de unos 25 Km. de longitud y hasta 200 m. de altura
(la escalada está prohibida). El cauce del río -quién lo diría, viéndolo apenas
sin agua- ha excavado enormes paredes (calizas mesozoicas); el agua, en primer
lugar, creo un sistema de grutas huecas, que posteriormente cedieron, dando
lugar al cañón que vemos. En las paredes pueden observarse a modo de cuevas
llamadas lermas, algunas teñidas por
los óxidos.
A
derecha e izquierda, conforme profundizamos en el cañón, observamos extensos
bosques de sabina y pino laricio. Además de varias parejas de buitres leonados,
en los impresionantes e inaccesibles cortados habitan águilas reales, alimoches
y halcones; salvo a los primeros, al resto no le vimos la pluma. También abundan
los mamíferos: corzos, jabalíes, ardillas, nutrias, tejones y gatos monteses;
tampoco comparecieron, estarían a lo suyo, buscándose el sustento diario; afortunadamente
el turista de zapatilla de deporte no parece encontrarse en su dieta habitual.
El
hallazgo de grabados y pinturas rupestres permite asegurar que estas tierras
han sido ocupadas por el hombre al menos desde la Edad de Bronce: 3.500 años
a de. C.
Obligatoria,
a la entrada o a la salida del cañón, la parada en el mirador de La Galiana:
enseguida los buitres, curiosos por naturaleza, acudirán a echar una ojeada, a saber
con qué intenciones no confesadas...
En
definitiva, un extraordinario paraje, un paisaje visualmente muy impactante como
podéis comprobar.
¡Lástima
de más tiempo para dedicarlo a patearlo a conciencia: por ejemplo, de Ucero a
Hontoria del Pinar (en Burgos)...!
No hay comentarios:
Publicar un comentario