viernes, 14 de septiembre de 2012

San Juan de Duero (Soria capital): 11.SET.2012



Si llegáis a Soria capital por el este, antes de cruzar el puente sobre el Duero, no dejéis de emplear el tiempo necesario para visitar el Monasterio de San Juan de Duero, un auténtico placer para la vista y, si os salís de las “migraciones” turísticas, un remanso de especial tranquilidad también. Estaba desde hace bastante tiempo entre mis objetivos pendientes...
Alfonso I cedió los terrenos para que en 1134 los Hospitalarios de San Juan de Jerusalén instalaran aquí -y también en Almazán y en Ágreda- una de sus fundaciones, con el fin de acoger y proteger a caminantes, peregrinos y desvalidos; es por eso que se encuentra a la entrada de la ciudad.
El claustro (s. XIII) destaca espectacularmente sobre el conjunto; está formado por arquerías de diferente forma y desarrollo: arcos de medio punto sobre capiteles con figuras; arcos entrecruzados de clara influencia islámica; arcos túmidos (arco de herradura apuntado, también llamado ojival, más ancho hacia la mitad de la altura que en los arranques, con una curva que sobrepasa la circunferencia en la mitad del radio); arcos calados entrecruzados, secantes en sus arranques y soportados por pilastras acanaladas sin capitel y arcos entrecruzados, tangentes sobre columnas pareadas con capiteles de decoración vegetal.
Todos ellos labrados en piedra arenisca de Valonsadero, en las proximidades de Soria capital. Una auténtica joya, en mi opinión.
Se me hace raro ver la otra cara del Moncayo, justo por el lado contrario de por donde lo vemos digamos habitualmente.




 





No hay comentarios:

Publicar un comentario