"Tras
cinco años de obras, fue inaugurada y bendecida en 1709. Para su construcción y
posterior mantenimiento, fue fundamental la aportación de los pescadores de
Zarautz, quienes por cada ballena capturada hacían entrega de una limosna en
forma de grasa de ballena. La ermita se yergue sobre una prominente peña
dominando, a modo de atalaya, el pequeño puerto de la localidad. Tal era la
devoción de los pescadores hacia esta santa conjuradora de tormentas, que el
día de su advocación (4 de diciembre) llegó a ser festivo en Zarautz".
Así
reza un cartel a pocos metros de la ermita de Santa Bárbara; para llegar a ella existe una
calzada de piedra entre viñas de txakoli, en un principio fuerte, que se va
suavizando hasta llegar a la edificación. Son 15 minutos de subida y nunca
pensé que fuese a escribir esto: ¡bajo un sol de castigo!, que no sé si
afortunada o desafortunadamente volvió a protegerse tras las nubes, tal como
últimamente nos tiene acostumbrados.
Iñurritza
es un biotopo [animal o planta que, por la perfección de sus caracteres, puede
ser considerado como tipo representativo de su especie, variedad o raza] protegido
para la flora y la fauna; forma parte de la red Natura 2000. Estoy en el
extremo este de la playa, justo frente a la ermita antes visitada, el sol ha
vuelto a hacer acto de presencia y el paisaje es espectacular.
Sorprende
casi por igual en ambos extremos (oeste y este respecto a la playa) la gama de
tonos verdes que me rodean, dependiendo de hacia dónde dirija la vista; incluso
el mar parece querer colaborar con la elaborada y completa paleta; nada
especial, supongo, dada la cantidad de lluvia caída últimamente.
En primer término Talaimendi, luego: Igeldo, Ulia y Jaizkibel. |
IÑURRITZA
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