viernes, 21 de septiembre de 2012

Ermita de San Juan de Gaztelugatxe (Bermeo, Bizkaia): 19.SET.2012



La costa cantábrica, de Hondarribia al cabo Ortegal tiene, en general, bastante enjundia, y en particular una serie de lugares en los que bien podrían levantarse las tres tiendas del Nuevo Testamento, y quedarnos allí una buena temporada, simplemente contemplando la costa a izquierda y derecha y el mar.
Uno de ellos perfectamente podría ser la ermita que visitamos en una tarde soleada, inmejorable. Es una roca que simula un castillo en el mar. Etimológicamente se le pueden dar al nombre dos significados: gaztelu = “castillo” y aitx = “roca o peña”, es decir: “peña del castillo”, o si gatxe se refiere a “malo”, “difícil”, podría decirse -y esta es la opción que más le gusta a mi amigo Tomás- “castillo de difícil acceso”, título que le viene al pelo por lo empinado tanto de la subida a la ermita como del regreso a lo que hoy es aparcamiento (la carretera hasta el borde del agua está rota y forzosamente hay que bajar y subir a pié...).
El islote, un par de kilómetros al oeste del cabo Matxitxako, está unido a tierra firme por dos o tres arcos sobre los que discurre un camino con 237 escalones que nos sitúan en un privilegiado mirador a 79 m. -solo- de altura. La visión es espectacular hasta donde alcanza la vista; la costa, como habréis deducido, es abrupta. Estábamos en pleamar y las olas tenían fuerza; me pregunto cómo será un buen temporal...; a lo mejor tenemos que ir a vivirlo y fotografiarlo ahora que se va acercando la temporada de mareas vivas y demás espectáculos marinos.
Por no alargar más el relato, os remito a Internet para que conozcáis la abundante cantidad de costumbres y tradiciones, generalmente asociadas a la mar y la pesca, en torno a Gaztelugatxe, así como su historia trufada de episodios bélicos.
Mi recomendación de siempre: si pasáis cerca de Bakio o de Bermeo, ¡impescindiblde!








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