viernes, 17 de abril de 2015

Tenerife: 20-27.MZO.2015



Lo del cambio climático va más en serio de lo que parece: aquello del “seguro de sol” de Tenerife pertenece ya casi a otra época. Los Rodeos nos recibió con lluvia y la mantuvo tres días, para dar lugar a otros cuatro de viento más que suave y menos que recio, desde luego constante; vimos el sol, pero los pantalones cortos se quedaron en la maleta y la chaqueta antiviento nos acompañó a todas partes. El acceso al Teide estaba cerrado por hielo en la carretera, particularmente desde el sur, nevó en Güimar. En fin, otra vez será.
De modo que, desafiando -es un decir, más bien soportando- a la lluvia nos fuimos al norte, a Taganana y, como podéis ver, valió la pena: el paisaje es sobrecogedor y la vegetación exuberante.
Hay un bonito y cómodo paseo entre Las Caletillas y La Candelaria; allá fuimos a rendir pleitesía a los Menceyes guanches: imponentes estas nueve esculturas, os dejo una muestra.
Camino de Garachico vimos el Teide con su precioso manto blanco, impresionante como siempre.
Pese a la meteorología adversa, Canarias me sigue encantando. Volveremos, seguro.


Panorámica de La Laguna (a la derecha) a la Punta de Anaga, hacia la izquierda, desde Las Mercedes.

Dura orografía hacia en el norte de la isla, vamos a El Bailadero...


... y descendemos a Taganana, que nos recibe con viento, lluvia y escasa visibilidad.
Nos despide, sin embargo, con un precioso cielo azul.
Auditorio de Santa Cruz.
Tegueste
Pelinor
Bencomo
La Candelaria
Camino de Garachico.
 

El padre Teide, grandioso. Tras los árboles, el Valle de la Orotava.
 

Garachico

Amanece en Las Caletillas.



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