Decididamente el otoño va ganando terreno; empiezan a notarse los asombrosos contrastes entre los árboles de hoja caduca y perenne, lo cual origina coloraciones que en mi opinión a la cámara (mucho sensor, mucho píxel, mucha y muy sofisticada tecnología) le cuesta lo suyo reproducir. Hay que verlo como hoy, con sol resplandeciente aunque ya muy bajo en esta época (ayer había que estar con un ojo en la cámara y otro en la nube que se acercaba a paso de maniobra...) y ver luego el resultado fotográfico; podríamos calificarlo de "una buena aproximación", pero eso: aproximación.
Como la famosa "ventana" de tiempo estable parece que va a mantenerse, habrá que ensanchar horizontes...
Estas fotos están tomadas entre Ventas de Astigarraga y Landarbaso, esquivando cables, vallas y otros estorbos y peleando con el sol, a un palmo apenas del horizonte, empeñado en aparecer en escena e incordiar todo lo posible.
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